Portada de La Vanguardia del 20 de septiembre de 1936.
La realización del proyecto Historia de un destierro ha supuesto un reto para mí, por ser el primer trabajo de investigación histórica que he realizado. Me ha permitido iniciarme en la búsqueda de fuentes primarias y profundizar en un tema como nunca antes lo había hecho. No solo he aprendido sobre el contexto histórico de la Segunda República, Guerra Civil y postguerra, sino el significado de conceptos como la memoria histórica, los represaliados y terminología jurídica y legal al investigar sobre los procedimientos judiciales en el franquismo.
Gracias al trabajo realizado, he sido consciente de la inmensa labor de digitalización de archivos que se ha realizado en los últimos años y que me ha permitido acceder desde mi ordenador a expedientes judiciales que tienen una antigüedad de 86 años. En mi opinión la Ley de Memoria Histórica y posterior Ley de Memoria Democrática han incentivado y alentado mucho los proyectos de memoria histórica como el que desarrollado por el Instituto de Estudios Giennenses, que me ha permitido acceder a los expedientes judiciales. Es urgente que este trabajo de digitalización se complete antes de que toda la información desaparezca por el paso del tiempo, ya que me he encontrado con expedientes que no ha sido posible recuperar por haber desaparecido.
Cada pequeño descubrimiento ha sido muy ilusionante, sobre todo, por tratarse de la historia de familiares cercanos míos aunque, muy pronto, fui consciente de que estaba buceando en la historia de miles de familias de este País, los que pertenecían al bando perdedor de la guerra civil.
Es una historia llena de dolor y sufrimiento. Se trata de personas que, por defender la legalidad vigente, como era la segunda República, frente a un golpe de Estado, fueron juzgados en procedimientos sin ningún tipo de garantías, muchas veces basados en denuncias inventadas motivadas por venganzas entre vecinos, y condenados a largas penas de prisión o incluso a la pena de muerte.
Las penas de prisión fueron cumplidas en condiciones totalmente inhumanas. Los presos se encontraban hacinados en espacios pensados para un número muy inferior de reclusos, en condiciones higiénicas deplorables y mal alimentadas. Muchos como Zacarias y Bautista Juanes Molina murieron como consecuencia de las terribles condiciones de las cárceles franquistas. Por añadidura, cuando salían de prisión, se les imponía un destierro que les alejaba de su familia y tierra natal
Muchos otros tuvieron que exiliarse fuera de España y comenzar una nueva vida, lejos de su País, por miedo a ser represaliados por Franco y perder la vida.
Más dramática todavía es la situación de aquellas personas que fueron asesinadas por el bando franquista y arrojados en una fosa común y cuyos cuerpos todavía no han podido ser recuperados y enterrados por sus familias.
Por eso es tan importante que nuestra generación pueda conocer la biografía de personas que lucharon en el bando perdedor de la guerra civil y así recuperar y dignificar su memoria, reconocer su sufrimiento y su dolor y su condición de víctimas. De esta forma se pueden cerrar las heridas del pasado. Creo que la distancia y el tiempo transcurrido nos da una oportunidad valiosísima para que nuestra generación pueda continuar con este trabajo pendiente. Es urgente hacerlo antes de que, tal y como he comentado, desaparezcan todas las fuentes primarias porque prácticamente ya no quedan testimonios orales.
Otro aspecto que me ha interesado mucho es la situación de las mujeres durante la República y la guerra civil. La Segunda República fue una época de conquistas y avances políticos y sociales para la mujer. Además del derecho de sufragio, se aprobó la ley del matrimonio civil, la ley del divorcio y la ley del aborto. También se permitió que las mujeres continuaran en su puesto de trabajo después de casarse. Las mujeres se interesaron por participar políticamente en la Sociedad y, por ello, los partidos políticos y sindicatos de la época republicana desarrollaron organizaciones paralelas exclusivas de mujeres. En este sentido, nacieron iniciativas como la anarquista “Mujeres libres” y se ampliaron otras como la “Agrupaciones Socialistas Femeninas” o la “Asociación de Mujeres contra la guerra y el fascismo”. Me ha interesado conocer que nuestras bisabuelas no eran tan diferentes a nosotras. La época de franco supuso un gran retroceso en ese sentido.
También me ha interesado el grupo minoritario de mujeres que, durante los principios de la guerra civil, optó por ir al frente de guerra como milicianas. Allí desempeñaron múltiples tareas de servicios de asistencia, de sanidad, aprovisionamiento, cocina y lavandería y también de combate armado. La figura de estas mujeres, en mi trabajo de investigación está representado por Juana Juanes Molina.
Estas mujeres, al igual que los hombres, fueron represaliadas por Franco. De ahí mi investigación sobre las cárceles de mujeres y, en concreto, de la cárcel de mujeres de Amorebieta.
Tradicionalmente, en la historia, las mujeres han sido siempre silenciadas y me interesa especialmente sacar a la luz la vida de estas mujeres que también son parte importante de nuestra historia. La memoria histórica es fundamental pero se trata de reinterpretar la historia, de revisarla, como un proceso consecuencia de las vivencias tanto de los hombres como de las mujeres.